Fecha de publicación: Enero 28, 2008 por Revista Per Se
Varios cuadernos universitarios del poeta se publican transcritos por la Universidad de Granada. EFE - Granada - 28/01/2008
Machado bebió de Descartes, Kant y Leibniz al escribir sus versos. Así lo atestiguan los cuadernos que escribió durante su estancia en Baeza (Granada) y en los que resumió los manuales del político y catedrático Julián Besteiro, profesor del poeta en la Universidad de Madrid en 1915. Esas notas las publica ahora transcritos la Editorial de la Universidad de Granada (UGR).
Sobre la asignatura de Lógica que Besteiro impartió en la Universidad de Madrid, Machado argumentó en sus manuscritos que, “frente a la Psicología, que se ocuparía del cómo pensamos, el pensamiento lógico nos dice cómo debemos pensar”.
La influencia de la filosofía
A través de estas notas, el poeta interioriza su formación filosófica y le da forma propia plasmada luego en su obra que, en muchas ocasiones, es el resultado final a sus comentarios o reflexiones. Todos ellos están enmarcados en la filosofía de su tiempo, en la que predomina el escepticismo y la duda, como se puede apreciar en sus creaciones más conocidas, incluyendo entre sus apuntes versos suyos como “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar”.
Las anotaciones filosóficas de Machado aparecen constantemente en su obra. Hay así referencias al Universo, a la certeza y la verdad, al conocimiento, la esencialidad de la palabra, su temporalidad y trascendencia o al valor de la existencia.
La obra Antonio Machado. Apuntes de filosofía ha sido transcrita por la escritora Filomena Garrido Curiel, fruto de una investigación sobre la formación filosófica de Antonio Machado, bajo la supervisión del director del Departamento de Lingüística General y Teoría de la Literatura de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, Antonio Chicharro Chamorro.
Los manuscritos proceden del contenido del Fondo Machadiano de Burgos, que se encuentra en el Instituto Fernán González y en la Academia Burguense de Historia y Bellas Artes, gracias “a la generosidad y las facilidades de las sobrinas del poeta”, afirmó Garrido Curiel.
Varios cuadernos universitarios del poeta se publican transcritos por la Universidad de Granada. EFE - Granada - 28/01/2008
Machado bebió de Descartes, Kant y Leibniz al escribir sus versos. Así lo atestiguan los cuadernos que escribió durante su estancia en Baeza (Granada) y en los que resumió los manuales del político y catedrático Julián Besteiro, profesor del poeta en la Universidad de Madrid en 1915. Esas notas las publica ahora transcritos la Editorial de la Universidad de Granada (UGR).
Sobre la asignatura de Lógica que Besteiro impartió en la Universidad de Madrid, Machado argumentó en sus manuscritos que, “frente a la Psicología, que se ocuparía del cómo pensamos, el pensamiento lógico nos dice cómo debemos pensar”.
La influencia de la filosofía
A través de estas notas, el poeta interioriza su formación filosófica y le da forma propia plasmada luego en su obra que, en muchas ocasiones, es el resultado final a sus comentarios o reflexiones. Todos ellos están enmarcados en la filosofía de su tiempo, en la que predomina el escepticismo y la duda, como se puede apreciar en sus creaciones más conocidas, incluyendo entre sus apuntes versos suyos como “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar”.
Las anotaciones filosóficas de Machado aparecen constantemente en su obra. Hay así referencias al Universo, a la certeza y la verdad, al conocimiento, la esencialidad de la palabra, su temporalidad y trascendencia o al valor de la existencia.
La obra Antonio Machado. Apuntes de filosofía ha sido transcrita por la escritora Filomena Garrido Curiel, fruto de una investigación sobre la formación filosófica de Antonio Machado, bajo la supervisión del director del Departamento de Lingüística General y Teoría de la Literatura de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, Antonio Chicharro Chamorro.
Los manuscritos proceden del contenido del Fondo Machadiano de Burgos, que se encuentra en el Instituto Fernán González y en la Academia Burguense de Historia y Bellas Artes, gracias “a la generosidad y las facilidades de las sobrinas del poeta”, afirmó Garrido Curiel.
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